miércoles, 19 de agosto de 2015

La dialogicidad

La dialogicidad: Esencia de la educación como práctica de libertad

El diálogo es un fenómeno humano por el cual se nos revela la palabrade la que podemos       decir que es el diálogo mismo. Por ello hay que buscar la palabra y sus elementos                       constitutivos.
 Descubrimos así que no hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre     acción y  reflexión y, por ende, que no sea praxis.
 De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo.
 La palabra in auténtica no puede transformar la realidad, pues privada de su dimensión         activa, se transforma en palabrería, en mero verbalismo, palabra alienada y alienante, de       la que no hay que esperar la denuncia del mundo, pues no posee compromiso al no haber         acción.
 Sin embargo,  cuando la palabra hace exclusiva referencia  a la acción, se convierte en              activismo, minimiza la reflexión, niega la praxis verdadera e imposibilita el diálogo.
 Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la        reflexión.
 El diálogo implica un encuentro de los hombres para la transformación del mundo, por lo          que se convierte en una exigencia existencial.
 Y no podemos dejar de recordar que para Freire, la palabra tiene dos fases constitutivas          indisolubles: acción y reflexión. Ambas en relación dialéctica establecen la praxis del                 proceso transformador.

   La  reflexión sin acción, se reduce al verbalismo estéril y la acción sin reflexión es activismo.

    La palabra verdadera es la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo,         transformarlo y liberarlo.

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